jueves, 26 de abril de 2018

En Un Cuartito Los Dos

Este descenso de las escaleras a lo Gloria Swanson, a lo Sunset Boulevard, a lo Crepúsculo De Los Dioses que nos ha brindado Cristina Cifuentes, no es más que la constatación de que la RAE podía ir incorporando ya, sin falta, Política como sinónimo de Corrupción y como antítesis de Ética en nuestro diccionario. Y en esto sí que los catalanes, muy a pesar de los separatistas, son equiparables al resto de españoles; porque si hay algo que está distribuido con bastante equidad entre todas nuestras regiones esto es la  corrupción.



Dicho esto, la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, que parece tener mucho de vendetta política interna, yo la sintetizaría en tres (irónicas) reflexiones:

.  1A Al Capone no pudieron probarle nada sobre sus negocios mafiosos ni sus crímenes sangrientos y finalmente lo empapelaron por algo tan nimio, comparado con todo ello, como era la evasión de impuestos.

 2. El caso Cifuentes es la evidencia de que en España lo que está penado no es robar sino no hacerlo a lo grande - véanse casos Urdangarín, Bárcenas…- y sí como un currito cualquiera.  Te enchironan por afanar dos chocolatinas en un hiper pero no por desfalcar la Junta de Andalucía. Para la aristocracia de su partido, la presidenta cometió el “pecado populista” y degradante de mangar como lo haría un ciudadano de a pie de esos que cogen cada día el Metro para ir al tajo. Dejó de ser uno de los suyos.



3. Viendo ese vídeo de Cristina – no confundir con La Kirchner…o sí – en un frío y oscuro habitáculo de Eroski rescatado, como por arte de trilero, de un siniestro cajón de las cloacas, me vino a la mente el soniquete de aquella letrita flamenca que yo hubiera sugerido a Inda como Banda Sonora: “En un cuartito los dos / veneno que tú tomaras / veneno tomaba yo. 


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